sábado, 5 de diciembre de 2009

Poesía

El robot olvidado...


Yo me había ilusionado
gracias a un programa
en que un niño solitario
un amigo se creaba.


Empezé con el martillo,
los clavos y la madera,
a crear mi fiel amigo
de dulce manera.

Me han ayudado un poco
mi hermano y mi papá,
pero en el momento de decorarlo

ahí acudió mi mamá.

Luego de un rato
me quedé impresionado
al ver que mi robot
ya estaba terminado.


Luego descubrimos
que el robot andaba,

pobre, mi robotito que
de mis abrazos casi lo mataba.


Las primeras dos semanas,
lo mantuve con amor
pero luego de un mes
ya me aburrió.

Me estaba muriendo
del aburrimiento que me daba,
ya no pude más

¡y lo tuve que apagar!

Lo puse sobre el armario
y luego me dormí,
aveces tenía pena
por mi amigo, su condena.

Después de unos días,

nadie habló del robot,
ya todos lo olvidamos,
no sabíamos ni que existió...

De polvo se llenó,
pobre aquel robot,
que en un momento era mi amigo

pero ahora olvidado se quedó...

No hay comentarios:

Publicar un comentario